EN ESTE PAÍS UNA FAMILIA



EN ESTE PAÍS UNA FAMILIA

Por José Luis Amaya

Los habitantes de mi aldea Dicen que soy un hombre
Despreciable y peligroso Y no andan muy equivocados
Despreciable y peligroso
Eso han hecho de mí la poesía y el amor
Señores habitantes Tranquilos Que sólo a mí Suelo hacer daño.

Raúl Gómez Jattín

Bueno… ¿Usted cuántos años tiene? ¿Qué es lo más loco que ha hecho en su vida? Perro es que la vida es tan corta que si me quedara echado en la casa como hacen todos ustedes, primero me muero de hambre, y lo otro es que no estoy viviendo ¿Entonces?

A mi hermano y a mí nos tocó salir volados del Puerto, porque este marica estaba peleando con un jibaro por la cuadra a ver quién se quedaba vendiendo la mercancía ahí y en esas se metió la mamá de la gonorrea esa… y él le metió su puñalada.

Menos mal que mi tío se hablaba con el duro de la zona, si no, los “paras” de una nos pelaban. Y si anochece no amanece para nosotros, entonces a las cuatro de la mañana nos levantó mi tía para que saliéramos a coger camino.

Salimos a las cuatro de la mañana con quince mil pesos que solo nos sirvieron para un almuerzo. Salió la primera mula que vimos y, los que se trepan. Llegamos a Puerto Boyacá y ahí hay un desvío; Río Negro, Río Negrito, Guarinocito, Honda, y ahí sube; Sabaneta; toda esa mierda… Bogotá.

Y en el desvió coge para Medellín… y bueno… entonces la mula iba para Medellín y tocó botarnos, “DEJENOS POR AQUÍ” y nos asomamos; el man frenó; medio frena y nosotros nos botamos, llegamos ahí, pedimos limonada y toda esa chimbada y cogimos otra mula que frenara ahí, pero que fuera para Bogotá; nos hicimos los maricas y de una, volvimos y nos colgamos; y arrancamos ahí pá arriba.

La primera parada fue en Guarinocito, almorzamos, volvimos y cogimos otra mula porque esa cogió el desvió; esa iba para Ibagué. Entonces cogimos pá Honda, y allá esa hijueputa cogió otro desvío yo no sé pá donde putas, y nos tocó botarnos; ese día nos raspamos y hasta nos tiramos y atravesamos Honda.

Llegamos al centro de Honda y nos agarramos con los tombos “una requisa gonorreas” y pah… nos patearon. “Ustedes son los rateros que están robando por acá malparíos” y nosotros solo les decíamos que éramos caminantes, que hinchas y que íbamos pá Bogotá a ver el partido, “cual hinchas gonorreas se van es bajando bazuqueos malparíos”.

Bueno y nos montaron en la patrulla y nos tiraron en la salida.
Ahí esperamos un poquito una mula y nos colgamos en un policía que hay en la salida de Honda.

Y ya nos cogió la noche por allá a las once en el Alto de la mona, y ese frío; nos botamos a dormir.

Ya nos estaba cogiendo el sueño y colgados pues paila, se queda uno dormido colgado y se mata.

Nos echamos en un restaurante que estaba ya cerrado. De ahí arrancamos como a las seis de la mañana, pedimos comida y tales; ahí le regalaban a uno. Y siga nuestro rumbo marica.

La segunda parada; ah y ahí pá arriba suba páramo; por lo que es Armero Viejo se ve el hospital abandonado.

Bueno, esa noche nos quedamos en el Alto del trigo, un alto más gonorrea. Y parce… estábamos como a cinco horas de Bogotá; esa fue la segunda noche. Al otro día madrugamos y llegamos a Bogotá como a medio día y solo colgados ahí atrás; si nos soltábamos paila nos matábamos así que cogidos y bien duro.

Tocó atravesar todo Bogotá buscando la ciento setenta, y bueno mirando que Transmilenio nos servía, y así hágale, entonces nosotros esperamos cómo iban los colados para ver la vuelta como era, y ya nosotros analizamos y así mismo lo hicimos nosotros; parce allá dimos.

Y ahí cogimos una mula; yo más o menos sabía; yo me guié fue por una tierra que traen por ahí de los lados de Briceño; entonces nos fuimos hasta la glorieta, y de una… yo dije esa tierra va para Sogamoso, y efectiva que esa fue, nos montamos y llegamos acá como a las nueve de la noche… con hambre, trajinados, sucios, raspados, vueltos mierda, ¡Sucios! Llegamos y yo caí como una piedra, comimos y al otro día nos levantamos a buscar trabajo, y efectiva conseguimos camello y nos pusimos a darle juiciosos.

Mi madre estaba más contenta y pues parce… a cambiar de vida porque eso por allá estaba una gonorrea… y nos tocó salir.

Yo por eso le digo que me conozco todo el medio Magdalena, y todo me tocó fue… vea, guerreado; pero eso sí, ahí analizándolo es que uno se lo conoce todo, y una chimba, ahhh y fume bareta en esas mulas colgado… una chimba weon, severos paisajes también.

Perro yo he vivido muchas cosas marica; he visto cosas chimbas, ahí una parte en el Alto de la Mona en el alto del trigo que se ve el volcán del Ruiz el que destruyó todo Armero, el nevado del Ruiz apenas se ve botando ceniza, una chimba.

Severas travesías y severas niñas, eso es lo que me encanta de por allá, las mujeres. Lo vuelven a uno loco marica, y unas niñas que usted dice yo a esta mujer le doy lo que sea weon, hermosas, y todo naturalcito, pues no falta la operada pero uf, marica es que esas paisas son muy bellas, esas viejas de tierra caliente son muy bellas. Y sí parce… y veníamos hasta con unas gafas todos creídos, mi hermano venia en pantaloneta y yo venía como con una sudadera; mal vestidos perro, pero la de los propios locos.

Yo llevaba como tres meses allá, iba y volvía. Porque la calle se lo lleva a uno rapidito, y más uno solo y todo inocente y no pensaba; ahora ya porque pues uno busca es una estabilidad, si pilla, yo ya pienso diferente; allá no.

Uno trabajaba y hacia lo de la semana y el fin de semana a farriar. Ahora ya no, uno ya piensa es en un futuro, en cómo, aprender a hacer algo, pero entonces hacer algo bueno.

Ahora pues todo le queda a uno de experiencia; todo. Eso allá era muy chimba, esas discotecas allá, esas niñas, las sacaba uno a bailar reggaetón… una cosa brutal, usted cada ocho días quiere estar es ahí metido y quiere es que se repita. Y las drogas, todo fino, y regalado, mucha maricada weon, pero todo una experiencia.

A Él lo mataron hace dos años por defenderme… Él estaba ya cambiando y apenas se estaba fumando el único bareto del día; ya lo estaba dejando. Se fue con resto de historias como esta por contar, dicen que había vivido en Cali durante un par de años en la calle perdido en las drogas, haciendo lo de vivir y fumar. Pero lo más triste es que el día que se lo cargaron, su hija, ese mismo día acababa de llegar… venía con la mamá… y si dejaba el vicio… podrían construir en este país una familia… en este país una familia…

Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS VERDADES DE MI MADRE

Conjuro nocturno o la poesía como hilo de Ariadna. Acercamiento a la poética de Virginia Vargas Avella

La poética de los puertos escondidos. Acercamiento a un libro inédito de Luis Miguel Rodríguez.