BASTA DE PREJUICIOS, DESIGUALDAD E INTOLERANCIA

BASTA DE PREJUICIOS, DESIGUALDAD E INTOLERANCIA

LAURA NATALIA CRISTANCHO FLOREZ


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LGBTI es un conjunto de letras que denotan una comunidad, una hermandad que con el paso de los años ha logrado visibilizar su existencia en entornos que hicieron de la intolerancia una forma de comunicación. En la sigla se agrupan personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgéneros, pansexuales entre otros.

Cada vez que se piensa en estas letras juntas se genera controversia y la palabra tabú se impone en nuestro imaginario. Estas reacciones son el producto de las creencias dogmáticas con las que nos educaron y con las que se continúa educando a los ciudadanos del mañana. Una educación que impone una mentalidad atrasada que justifica el maltrato a las personas LGBTI, o su aislamiento, humillación, rechazo e irrespeto. Se los llama pecadores, aberrados o enfermos. Frente a ellos el homofóbico es un ciudadano modelo o un cristiano modelo. No se piensa en que la homofobia sea una enfermedad psico-social que se caracteriza por la proyección de ciertos complejos de inferioridad que impiden al homofóbico valorar al Otro, al que por lo general le recuerda formas de ser compartidas. El homofóbico odia al que se atreve a asumir lo que en el fondo él también es. La homofobia se relaciona con otro tipo de enfermedades como la xenofobia, el racismo, el machismo, etc.

Hay países que han logrado comprender este tipo de diferencias e incluso han logrado que sus marcos legales protejan y valoren el derecho a ser diferentes, es decir, a ser como se es. Sin embargo en Colombia la discriminación hace que tengamos que solidarizarnos con los integrantes de estos grupos, y por ello nos preguntamos ¡¿Hasta cuándo se tendrá que soportar la intolerancia entre nosotros?! ¡¿Por qué no somos capaces de aceptar a quienes son diferentes?! ¿Por qué no valorar el derecho a ser diferente? Incluso en nuestros espacios cercanos se aprecia que se trata de una verdadera educación capaz de discutir los valores impuestos que no respetan al que es distinto. Estas presiones a las que son sometidas las personas LGBTI los llevan a sufrir problemas de autoestima, depresión e incluso intentos de suicidio. Esto es lo que me ha movido a intentar abordar este tema; saber que es injusto lo que sucede y que afecta a seres humanos cercanos a nosotros.

Este es el caso de Katherine Velandia, una chica de 16 años, alegre, divertida y loca a su manera. Ese es el recuerdo que tengo ella. Sin embargo eso era hacia afuera, hacia adentro Katherine no estaba bien, algo la atormentaba. Aun así no te podías olvidar de su sonrisa.

Cierto día estábamos en su casa, y en la mitad de una partida de crash bandicoot, detuvo el juego, me miró fijamente a los ojos e intentó besarme. ¿Qué decir o hacer en esos momentos? ¿Qué harías tú? Le sonreí y giré mi rostro por instinto. Pero luego de un par de segundos le pregunté ¿Por qué haces esto? Todo esto resultaba inquietante, así que no sabía qué hacer o qué decir. Luego todo se puso incómodo, pero era mi amiga.

Luego del momento me contó que desde que tenía uso de razón sabía que era diferente. Al ser educada en una familia estrictamente religiosa, estas sensaciones la hicieron sentir asco hacia ella misma; se repudiaba porque le gustaban las mujeres. Desde la mistad esto nos unió más. Los que en verdad tengan amigos entenderán que a los amigos se les apoya y no se les deja solos.

Con el tiempo nos fuimos de Boyacá y ella se regresó a su ciudad natal, a Medellín. Los conflictos en su familia y las constantes confrontaciones se hicieron insoportables. En esa ciudad vivió con sus abuelos y comenzó a abandonar nuestra amistad; no contestaba mis llamadas, ni mis mensajes.

En enero del 2013, quizás llevada por la desesperación, decidió acabar con su vida. Una sobredosis y alcohol se la llevaron. Dejó una carta en la que pedía  perdón por no tener el valor de soportar el hecho de ser lesbiana, de ser rechazada por sus padres, familiares, y la sociedad en general. Decía que no veía cómo encontrar paz en esta vida, mucho menos la posibilidad de encontrar el amor y ser feliz.

¿Cómo es posible que la ignorancia y la intolerancia de unos, sea el peor infierno para otros? Lastimosamente vivimos en una sociedad así, rechazamos o repudiamos lo que no comprendemos; nos sumamos a las modas del odio. Ahora por lo menos se pude conversar de estos problemas y quizás esto sea el comienzo para un cambio.

Alonso Sánchez Baute en su artículo “¿Acaso yo era el único marica en el universo?” recuerda que vivimos en un mundo machista, homofóbico y misógino; lleno de prejuicios; sin embargo en esto Colombia es especial; en este país nunca nos preguntamos por lo que significa ser diferente o pensar distinto; nos limitamos a atacar sin pensar en el dolor del otro, incluso ni siquiera somos capaces de autocriticarnos.

Por mi parte respeto y admiro a las personas que pertenecen a esta comunidad porque asumen su verdad, por muy difícil que pueda ser en la mayoría de las ocasiones, porque deciden vivir bajo sus propios parámetros, sin importar lo que piensen o digan los demás; porque prácticamente se liberan de todas esas cadenas que a la gran mayoría nos limitan.

Para tener una visión más amplia del tema que decidí abordar, le hice una entrevista a una persona que pertenece a la comunidad LGBTI; su nombre es Alejandro, tiene 19 años, estudia química y es homosexual; conversamos en un café-bar, acompañados de un buen tinto.

- ¿Cómo y a qué edad te diste cuenta de que eras gay?
-Me di cuenta que era diferente a los 11 años, porque caí en cuenta de que no era normal tener sentimientos y sentirme atraído hacia alguien de mi mismo género.

En eso momento reviví el instante en el que hable con Katherine de ese tema, pensé en ella, en lo que pasamos juntas y en su injusta y poco razonable muerte. Tenía sentimientos encontrados. Entonces entendí la razón de mi nerviosismo.

- ¿Qué era lo que más te acomplejaba o lo que más te atemorizaba al momento de pensar en asumirte como homosexual?
-Me atemorizaba mucho la reacción de mis familiares, era como una pesadilla recurrente, y lo único que me importaba. Siempre estar con la incertidumbre de si lo iban a tomar bien o mal.

-¿Qué tan fácil te relacionas con otras personas, influye  o afecta tu orientación sexual?
-No me relaciono bien con otras personas, pero no es por el hecho de que sea gay.

-¿Cuánto tiempo te demoraste para asumirte como homosexual?
- Fue un proceso largo, durante dos años no lograba definirme bien, no lo aceptaba, y tuvo que pasar un año más para lograr asumirme bien y ser lo que soy hoy.

-¿Cómo reaccionan los demás al saber que eres gay?
-La mayoría reaccionan con asombro; no pueden creerlo.

-¿Alguna vez sufriste de discriminación u homofobia?
- Fíjate que todos los días agradezco el hecho de que no he sufrido de discriminación ni mucho menos de homofobia

-Al ser homosexual que piensas de los dogmas políticos y religiosos de este país.
-Respecto a esto, pienso que cada quien piensa diferente, y tanto los dogmas  políticos y los religiosos tienen su propio concepto, la mayoría ve que la homosexualidad es una enfermedad o algo así. Y aún no lo asimilan, claro está que esto, más que todo ya está marcado con lo antiguo y lo convencional, ya que siempre la sociedad ha pensado que lo correcto es una relación de hombre y mujer y mujer con hombre; nunca se había visto o reaccionado bien ante una relación homosexual, pero al igual respeto los dogmas políticos y religiosos.

-¿Quieres dar algún mensaje o algo así para los demás que son homofóbicos?
-Pues…. Cada quien decide cómo vivir su vida y se define como quiere ser y es libre de hacer lo que quiere, y pues no tienen que juzgar a alguien por su condición sexual, tienen que mirar más allá de la orientación o género de una persona, que no sean tan prejuiciosos; todos somos seres humanos y somos iguales; tenemos las mismas habilidades y posibilidades de hacer las cosas, entonces no veo las  diferencias entre homosexuales y heterosexuales

También decidí hacer una encuesta a 15 personas transeúntes en la cuidad de Sogamoso.

-¿Se considera homofóbico?

En todas las respuestas hubo un 100% en el que respondieron que NO eran homofóbicos

-¿Qué piensa de las personas homosexuales o pertenecientes a la comunidad LGBTI?

Las respuestas en su mayoría fueron respetuosas y tolerantes: Son seres humanos iguales a todos, solo que con gustos diferentes. O Son cosas de la naturaleza, cada quien tiene su libre forma de expresarse. Sin embargo sí hubo respuestas inquietantes: Son unos aturdidos mentales.

-¿Qué piensa del matrimonio igualitario?

El 13% estaba a favor, el resto en desacuerdo.

-¿Cuál es su opinión respecto a la adopción de un niño por una pareja del mismo sexo?

El 10% estaba de acuerdo, los demás en desacuerdo.

-¿Qué cree que pueda hacerse para superar el prejuicio y la discriminación que experimentan las personas pertenecientes a la comunidad LGBTI?

El 6% no respondió nada. Los demás dieron las siguientes opciones: Que cada quien viva su vida y que dejen vivir la de los demás. Que se debe aprender a aceptar y tolerar a los demás. Que se debe aprender a respetar a los demás por su condición sexual.

- ¿Cómo tomaría usted el hecho de que algún familiar o conocido suyo perteneciera a la comunidad LGBTI?

El 80% respondió que lo aceptaría y que lo respetaría

-¿Tiene algún conocido  o cercano suyo que pertenezca a la comunidad LGBTI?

El 60% respondió que sí.

Quiero concluir que después del ejercicio de encuesta se percibe que las personas no se conciben como homofóbicos, pero que al confrontar a estas personas sobre los derechos al libre desarrollo de la personalidad, quizás se piense en que un cambio a futuro puede ser posible. Quizás con el tiempo aprendamos a toléranos y a aceptar nuestras diferencias.

Nota: El personaje que aparece en la imagen que acompaña el inicio del texto es Alan Turing, el padre de la informática moderna y el hombre que venció a los nazis descifrando el código de Enigma. Por ser homosexual Inglaterra lo humilló y condenó al sufrimiento. Se dice que Steve Jobs toma la manzana como un símbolo-homenaje a este matemático excepcional.  


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