LA MUJER Y LA PALABRA
No habrá paz sin las lecciones que nos da la memoria
Cómo bien lo anota Rosita en su artículo, en Duitama se dio el feminicidio número 400; en esta oportunidad fue una estudiante de un colegio de la ciudad, asesinada en su casa mientras dormía. Se trata de un problema que se suma a otros que tienen que ver con el precario valor que tiene la vida en este país... las estadísticas indican que ya van casi 150 líderes sociales asesinados en los últimos dos años, y que en el 2017, se han asesinado en promedio a 28 seres humanos cada día. De eso se trata Mnemósine, de dirigir su atención a la necesidad que se tiene de pensar este problema en las aulas cada vez más ateridas con el activismo y la retórica dirigida desde las altas esferas, y soportada por cualquier cantidad de Instituciones que han hecho de la educación y de la pedagogía, una fórmula para legitimar su existencia, aún al margen de la realidad del país y de lo que sucede dentro de las aulas... El proyecto Mnemósine le huye al activismo y ha comenzado a ser valorado aunque no ha sido dimensionado en toda su profundidad; en la ciudad de Duitama, desde hace cuatro años, ocupó un lugar que debería tener la Alcaldía y que debería ocupar la Universidad... comenzó un proceso de pedagogía de la memoria que se proponía visibilizar el conflicto en una ciudad que prefiere mirar para otro lado; la labor luego de cuatro años consiguió que se sumen los funcionarios encargados (obligados ) por la Ley de Víctimas y ya ha comenzado una dinámica que busca al menos evidenciar trabajo en este sentido, aunque aún no se supere ese malestar que implica el activismo: fotos, listas de asistencia, pendón, y pose, o simulación, como la llamaba Rafael Gutiérrez Girardot.
Agosto de cometas y reflexión sobre la paz |
En un país en el que se premia el activismo sin sustancia y en el que se impone el olvido como estrategia de reconciliación, Mnemósine obtuvo una mención de honor en el FORO EDUCATIVO NACIONAL 2017, y fue uno de los mejores 4 proyectos que promueve una Educación para la paz, entre 600 proyectos escolares de todo el país, y entre 87 finalistas. El proyecto Mnemósine ocupó el segundo puesto en el Eje sobre Currículos en Educación para la Paz en las Escuelas. Esto hay que decirlo porque se trata de una experiencia pedagógica que se construye desde el área rural de la ciudad, y que poco a poco sortea todos los obstáculos que surgen para lograr demostrar que en ocasiones la pedagogía se puede llevar a la Acción como manifestación de un proceso hermenéutico guiado por la memoria. No habrá paz sin las lecciones que nos da la memoria, esto lo enseña Mnemósine... por ahora continuaremos pensando estos problemas desde el aula, ese espacio de construcción de sentido y ese territorio en donde aprendemos a defender la democracia.
Por Miyer Pineda
LA MUJER Y LA PALABRA
Por
Rosa Elena Vivas
(Elaborado a partir del proyecto: Maltrato a la
mujer en la Vereda Quebrada de Becerras)
El tema que quiero desarrollar en mi proyecto de Quebecrónica
es sobre el maltrato a la mujer en la vereda Quebrada de Becerras. Hasta el
momento he hecho cuatro entrevistas y he consultado sobre problemas
relacionados que tendrían que impactarnos a la hora de abordar estas temáticas.
Resulta insólito que en lo corrido del año hayan asesinado a más de 400 mujeres
en lo que se conoce ahora como feminicidios. Incluso pareciera que ni siquiera
esto nos inquieta a nosotras mismas.
Hasta el momento he concluido que el poder, el
orgullo, la moralidad del silencio y el mismo maltrato, no indignan a la sociedad aunque afecta a las
mujeres.
Sin embargo existen voces que están cansadas
de guardar silencio, y en estas conversaciones se descubren mujeres que
se sienten atrapadas, solas, tristes, y que lo único que quieren es hablar
sin temor a ser juzgadas; quieren sentirse libres y bien consigo mismas, y a
través de sus historias, impedir que muchas jóvenes adolescentes caigan con las
palabras de un príncipe azul quien con el tiempo se convertirá en un sapo. Lo que
se encuentra al fondo de esto es que la mujer entienda que no tiene que esperar
a que el hombre le ofrezca el amor, o que no tiene que dar importancia al
discurso o la mentalidad del macho. Se trata de educarnos como sociedad
liberándonos de esa moral que juzga a la mujer pero que engrandece al hombre
que no sabe tratar a una mujer o a cualquier persona.
Es indignante saber que en los últimos tres
años han asesinado a más de 3.000 mujeres, y que en este año a finales de mayo
ya iban 400. Son cifras alarmantes que solo afectan a los familiares
cercanos de las víctimas, pero que terminan perdiéndose en esas otras estadísticas
de salvajismo que ya se hicieron costumbre en nuestra sociedad, como por
ejemplo el número de desplazados o de desaparecidos o de pobres. hay que
agregar que la número 400 fue asesinada en Boyacá… era una estudiante de un
colegio de Duitama.
Esto demuestra que somos una sociedad tan
insensible que solo entendemos la tragedia que otros viven si nos toca el
turno. De hecho muchas personas ni siquiera entienden el significado de la
palabra feminicidio. Se trata de una palabra que encierra un acto aberrante en
sí, y que tiene el poder de borrar de la atmósfera la fuerza, la vida, y la
esperanza que representa la mujer. Desde nuestro proyecto de Mnemósine
podríamos decir que lo femenino es uno de esos pensamientos profundos que resguarda
la memoria; esa memoria que dignifica la verdad y la vida de cada una de
las víctimas que descifra la verdadera historia de nuestro país.
Un feminicidio es un asesinato de una mujer que
encierra una ferocidad aún más aguda porque la víctima es una mujer; se ensañó
aún más el asesino; se pensó superior a la víctima, aún más victimizada porque
se trataba de lo femenino. Las causas son diversas pero van atadas a un
imaginario moral y machista. Desde los celos enfermizos hasta el imaginario de
posesión que hace que el hombre piense que la mujer es de su propiedad. Pero
esto va aún más allá; en las consultas que he realizado se señala que alrededor
del 30% de mujeres asesinadas, fueron abusadas sexualmente; por supuesto esto
es aún más alarmante porque el 17% son mujeres menores de edad.
Esta situación fue la que me motivó a pensar en la
situación de la mujer en la vereda. Quise profundizar en el problema del
maltrato a la mujer porque se trata de mi entorno; en el que me he criado y en
el que nacieron mis padres y mis abuelos. Por aquí se cree, como en el resto
del país, que maltratar a una mujer es de machos, y que eso hacen los
verdaderos hombres. Sin embargo ya hay mujeres que hemos comenzado a ver estas
actuaciones como cobardía porque se trata de humillaciones y golpes a personas
que no tienen la misma fortaleza física. En la vereda hace falta este tipo de
reflexión que empodere a las mujeres, y hemos pensado que conocer algunas
historias de vida podría ayudar en este sentido.
Buscando esas historias conocí mujeres dispuestas a
salir adelante sin importar lo que tuvieran que enfrentar. Esto me ha enseñado
que se deben reflexionar muy bien las palabras que describen a la mujer en esta
sociedad, por ejemplo: qué significa que una mujer sea también madre; parece
sencillo entenderlo pero se trata de una situación bien compleja que cuando se
la piensa un poco más, se logra contemplar en toda su dimensión porque en esta
vereda, las mujeres son madres, y además son esposas, y además aportan para
mantener a sus hogares y levantar a sus familias. Muchas de ellas ya son
abuelas, otras tías; y en ellas está la sabiduría de vivir alejadas de la urbe
y sus dificultades. En el campo aún se respira esa tranquilidad que otros han
comenzado a extrañar y que los empuja a comprarle la tierra al campesino para
huir de las problemáticas de la ciudad.
Pero a veces llega un hombre que olvida lo que esto
significa en una sociedad educada, y entonces parecieran estar llenos de odio y
de rencor; como si su propósito consistiera en destruir poco a poco la integridad
de lo femenino; incluso hasta hace algunos años, la familia elegía a ese hombre
que destruiría a la mujer. Desde muy pequeñas estas mujeres pasaban de ser
propiedad del padre, a ser propiedad de sus esposos.
Esto le sucedió a una mujer a la que entrevisté y
que quiso compartir su historia con nosotros. Y como a ella, a muchas las
obligaron a casarse a los 14 o 15 años. Es como si les hubieran negado vivir su
etapa como adolescentes. Ya desde esa edad eran madres y eran las encargadas de
luchar por sus hogares. Era la costumbre y lo asumieron con fortaleza porque
nunca se rindieron, cada golpe que recibían era una motivación para demostrarle
a ese pobre idiota que una mujer es mil veces más fuerte que un hombre que no
entiende la grandeza de lo femenino, y que lo acompaña para consolidar una
familia. Estas historias demuestran que cuando una mujer quiere salir adelante,
nada ni nadie puede detenerla.
En el desarrollo de mi proyecto he realizado hasta
el momento cuatro entrevistas a mujeres que habitan la vereda. Por ahora, y con
su autorización, voy a contar parte de la historia de doña Inés Sossa, una
mujer que ahora vive en la vereda Quebrada de Becerras y que tienen 88 años.
Ella nació el 15 de enero de 1929, y a sus 15 añitos la obligaron a casarse con
un hombre que no conocía y que tenía alrededor de 38 años. Se debe enfatizar
que Inesita en esa época no tiene referencia alguna de ese hombre que sería su
esposo. Es una de esas tantas mujeres que tuvieron que empezar a ser mujeres
siendo aún niñas. Desde entonces comenzó a trabajar con él cortando madera y
ella tenía que cargar los tablones.
Tuvieron siete hijos, de los cuales solo dos
lograron vivir hasta su mayoría de edad; una mujer llamada María del Carmen
Camargo Sossa y un hombre llamado Carlos Camargo Sossa. La mujer le dio dos
nietos que al parecer viven hoy en día en España, aunque no volvió a saber nada
de ellos, ni de su hija. Su hijo Carlos se convirtió en militar profesional
pero lamentablemente murió en el Chocó al pisar una mina anti-persona; él
le dejó un nieto quien es el único que la acompaña.
De toda su familia, hoy en día solo le queda
su nieto. Recuerda que cuando se casó, al poco tiempo murió su madre, y
que al poco tiempo de enviudar, cuando cumplió los 34 años, murió su padre.
Sobre su nieto dice que quizás no supo criarlo porque ahora anda en malos
pasos. Sobre los hijos que murieron dice que lo hicieron antes de cumplir los
dos años de edad. Agrega que nunca dejó de luchar por los que sobrevivieron.
Ella se mantiene en parte con el subsidio que le da
el gobierno por ser de la tercera edad; sin embargo su nieto le esculca y se
lleva el dinero. Ella tenía un baúl en el que guardaba sus tesoros más
preciados; entre ellos, cuadernos con poemas que ha escrito durante estos años,
porque aprendió a leer y a escribir en el colegio de la Presentación; hizo
hasta quinto de primaria; pero su nieto en el afán de conseguir dinero le
rompió los cuadernos y algunas de las fotos que guardaba con cariño. Se
pregunta con resignación por qué ha tenido que pasar todo esto, y por qué ha
tenido que sufrir de esa manera.
Esta es solo parte de su historia, y solo una
parte de mi investigación. Queremos resguardar los poemas de Inesita porque
testifican el poder de la palabra oculta. También su historia enseña que a
pesar de todo debemos aprender a perdonar; sobre todo en esta época en la que
se estimula el odio y se lo ve como una cualidad positiva. Es una mujer
tranquila que nos enseña que debemos estar bien con nosotros mismos.
Museo de la Memoria Histórica Plaza de los Libertadores Octubre 2017 |
Para finalizar, puede decirse que sí existe el
maltrato contra la mujer en la vereda y que una forma de enfrentar esta
realidad es la educación; así las mujeres aprenderemos que valemos mucho y que
no debemos soportar los maltratos; nadie tiene derecho a callarnos, ni a
lastimarnos; la educación podría hacernos libres.
Visita estudiantes de Proyecto Mnemósine al Museo del Sol en Sogamoso |
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