SALIENDO DE LA ESCUELA MEDIEVAL


Mnemósine como proyecto comienza a desvanecerse entre líneas... Será aplastado por la visión de una educación tradicional a la que nos oponemos como quijotes... El refugio del intelecto tendrá que ser el silencio y la palabra reflexiva por fuera de las aulas y no por dentro como nos enseñó el proyecto... Ese será un nuevo reto y lo vamos a asumir hasta dónde nos sea posible... Nos queda de consuelo esa llamada... una de las víctimas de Bojayá nos llamó a reconocer nuestro trabajo... lo demás no es más que una manifestación de la pedagogía de la mediocridad a la que le quedó grande el liderazgo y a la que solo le queda la opresión a través de las relaciones de poder, esa pedagogía que siempre contará con la hipocresía, el chisme y la mediocridad como escuderas... Si una de las funciones de Mnemósine es resguardar los pensamientos profundos nos queda la creación y el asombro... Ahí nos vemos a través de Palabra Maestra y a través de este blog... Por ahora seguimos pensando estos problemas de la educación más allá de la retórica y de la simulación, ese rasgo vergonzoso que siempre señaló don Rafael Gutiérrez Girardot...

El siguiente artículo fue la ponencia presentada por el profesor Víctor Maldonado en el segundo congreso departamental de pedagogía organizado por el Sindicato de Maestros de Boyacá. Su temática fundamental empata con la ponencia del profesor Miyer Pineda en la que se toca el tema del trasfondo que impide que el país llegue a la modernidad. Lo que relaciona a los dos textos es el señalamiento de una educación retrógrada y neoconservadora pregonada y mantenida por docentes y directivos que ven peligroso pensar un país distinto desde la crítica que asume con urgencia los males de la Escuela. Para ellos la retórica y el activismo son los rasgos de un profesor ejemplar, más empleado que maestro. Para ellos el formato como una forma de la histeria es más importante que la lectura y la reflexión. Rendirse al activismo, la retórica y el formato es algo elemental... pero, y los principios? La razón de ser del Maestro? Mientras cedemos a la pantomima... los invitamos a leer las dos ponencias...
MP



SALIENDO DE LA ESCUELA MEDIEVAL
Hacia la construcción de una educación secular

Por Víctor Joaquín Maldonado Correa
Docente de Filosofía Colegio Guillermo León Valencia – Duitama
Licenciado en filosofía – UPTC

Con el presente escrito se pretende hacer un aporte para la construcción de una política educativa basada en la secularización, partiendo de la necesidad histórica de hacer que las instituciones educativas públicas sean un primer lugar en el que se respeten los derechos de conciencia y de libertad de culto; y en particular, partiendo de una experiencia sucedida en el Colegio Guillermo León Valencia de  Duitama  (2017) en el que se vive la problemática de muchos colegios colombianos y latinoamericanos, en los que la religión católica es impuesta en diversos espacios, desde las clases hasta los ritos que usan tiempos académicos para su realización.

Así, dándose cuenta el personero estudiantil de ésta y otras situaciones donde se vulneran derechos constitucionales, opta por radicar un derecho de petición en el que uno de los puntos principales apunta hacia el respeto por la libertad de culto. Ante esto la rectora propone en respuesta que se haga una mesa de trabajo sobre el tema, que incluye a diferentes representantes estudiantiles, docentes de religión, filosofía y directivos docentes.
Como reflexiones finales de tipo teórico y de tipo legal quedan las siguientes ideas:

¿QUÉ ES LA SECULARIZACIÓN?

Para abordar el significado de la secularización no se debe dejar de lado lo que dice la filosofía y la sociología.  De este modo,   teniendo como base las ideas de  Rafael Gutiérrez Girardot, se puede empezar por exponer que  el contexto en el que se enmarca la secularización es un cambio de perspectiva en el aspecto social, religioso, científico, político y artístico, y que  luego se va extendiendo a los demás ámbitos de la vida; se trata de una crisis que comienza en Europa y llega también a Hispanoamérica. Se habla de los ideales  de la sociedad burguesa que a finales del siglo XIX  se estabilizan gracias al Code Napoleón, dejando al Antiguo Régimen atrás.

Por tanto, la  secularización es entendida como un tránsito de la sociedad y de la cultura hacia un terreno en el que los símbolos  y las instituciones religiosas ya no son los criterios o condiciones de posibilidad de la realidad y la cultura.

El término secularización, que es acuñado por la sociología de Max Weber, pretende mostrar lo que en el ámbito de la filosofía se ha denominado como la muerte de dios, es decir, la perdida de la realidad, de un soporte metafísico sobre el que descansa la concepción del mundo; aunque algunos conciben la secularización como un ateísmo en el sentido clerical de la palabra.

Pero este proceso se da principalmente en los países donde la Ilustración se piensa y se realiza en la construcción del Estado y de sus instituciones. Debe recordarse que España da la espalda en gran medida al resto de Europa en lo que concierne a este proceso. Por tanto, las ideas que llegan al nuevo mundo provienen de un  pensamiento español católico, e incluso contra reformista.

En otro de sus artículos, el escritor sogamoseño Gutiérrez Girardot plantea la fuerza social que ha tenido la religión como un elemento ideológico de dominio. Y cómo no lo va  a ser si muchas generaciones (casi tres siglos) fueron educadas en Hispanoamérica con base en la lógica del catecismo de  padre Gaspar Astete (1599), quien dividió al mundo entre los que daban el a Cristo y los que daban el no. En esta disyunción, los que daban el no a Cristo -como Voltaire o Rousseau- debían ser acallados o eliminados. Esto marcó definitivamente el carácter de  las instituciones educativas que, más que esto, fueron centros de adoctrinamiento católico por siglos.

“DESPRENDIENDO A CRISTO DE LAS PAREDES DE LA ESCUELA”

El profesor Alexander Ruíz Silva, en un artículo intitulado como este apartado, muestra un poco más con lupa lo que Gutiérrez Girardot expone de manera teórica y conceptual. Y es que al ver la escuela de hoy en día parece que la Constitución Política no hubiese hecho mucha mella en el aspecto de la doctrina religiosa en el que las escuelas se creen con el derecho de impartir.

Lo que demuestra la praxis de la educación actual es que existe una débil secularización en América Latina y unos micropoderes enquistados, a pesar de que en lo jurídico sí ha habido algunos avances.

Ruíz Silva nos muestra cómo al preguntársele a un profesor sobre el porqué la religión tiene aún tanta fuerza en las aulas y entre directivos y docentes; la respuesta apela a la fuerza de la costumbre y a la solicitud de padres y familias en general para que la tradición religiosa no se pierda en las escuelas.
Sin embargo esto no es gratuito y tan sin importancia como lo quieren hacer ver muchos. Con la educación religiosa vienen también intrínsecas algunas concepciones, como la escuela nacionalista, conservadora y dócil a las órdenes del sistema imperante.

Esto afecta, no solo el ámbito político y filosófico de la concepción que se tenga de educación, sino también el científico ya que la doctrina religiosa se erige como un saber-experiencia incuestionada e incuestionable. Además su carácter no es ni académico ni disciplinario, sino de algo mucho más profundo que tiene un peso sustancial en las prácticas   escolares. No se cuestionan, sino que se asumen como parte del acervo cultural e  identitario de los niños.

Algo que  afecta el componente ético de la educación es el hecho de que en ocasiones los conocimientos, actitudes y habilidades para la convivencia no suelen tener la misma relevancia en la escuela que la iluminación doctrinal cristiana católica. La ética y ciudadanía tienen valor en el papel, pero en la práctica es sobreentendido que tiene mayor importancia declararse creyente y asistir a los ritos que los colegios ofrecen: miércoles de ceniza, viacrucis, bendiciones de lápices para el icfes, catequesis para sacramentos, misas de primer viernes o fiestas patronales, rosarios en mayo, oraciones al iniciar la clase, y un etcétera que desequilibra la balanza en desventaja de las actividades y prácticas que reflexionan sobre la ética laica o secular.

Del mismo modo los valores que se promueven en la doctrina religiosa muchas veces tienen que ver más con la culpa, el temor, la vergüenza, pero   frente a lo trascendente. Y no por el contrario un sentido de responsabilidad,  acciones justas y solidarias frente  a su conciencia o frente a sus semejantes. Lo que promulga, en última, seres temerosos y heterónomos y no lo que en muchos casos se pregona pero poco se cumple: la autonomía.

La ley por la faja

Aunque la Ley 115 avanzó  en muchos aspectos, aun siguió considerando la educación religiosa como de carácter obligatorio y fundamental. Así  mismo, el  Decreto 4500  de 2006 en su artículo 2 reafirma estos dos caracteres. Lo paradójico del asunto es que en este decreto mencionado se estipula que (Art 6) ningún docente estatal  podrá usar su cátedra para hacer proselitismo que beneficie algún  credo específico;  y cuando se ve la práctica pareciera que en materia educativa se haya invertido este decreto para decir: por cualquier docente estatal  podrá usar su cátedra para hacer proselitismo que beneficie algún  credo específico.

Colombia dice ser un Estado Social de Derecho y éste  es inherentemente secularizado y civilista, por tanto no puede quedarse neutral cuando  existe la imposición de credos religiosos en la escuela pública, y más cuando ha suscrito convenios internacionales como miembro de las Naciones Unidas;  entre estos  la Convención Universal  de los Derechos del Niño (1989) la cual estipula en su artículo  12 que es un derecho opinar y ser tenido en cuenta, en el artículo 13 consagra el derecho a expresar libremente su pensamiento, a recibir y difundir informaciones e ideas  que no vayan en contra de los derechos de otro, y en el artículo 14 se postula la libertad de conciencia, religión y pensamiento como derechos de los niños.

De igual modo, en el ámbito local, la Constitución Política afirma en el artículo 16  el libre desarrollo de la personalidad, en el artículo 18 la libertad de conciencia,  no ser molestado por los que piensa o cree  y el artículo 19 que garantiza la libertad de culto  y el derecho a profesar libremente la religión. También  en 1994 se dio la ley 133 de libertad religiosa y de cultos.

Por último debe mencionarse la jurisprudencia actual que se dio en octubre de 2017, la cual es la sentencia del magistrado Antonio José Lizarazo, frente a una tutela interpuesta por una docente de Fusagasugá que era obligada a asistir a misa y otros ritos con el argumento de que esto era parte de sus funciones. Así, la sentencia determinó que “las actividades religiosas no podrán desarrollarse durante las actividades académicas y ningún miembro de la comunidad educativa puede ser obligado a realizar oración ni a estar presente mientras se realizan estas actividades”. (Sentencia t – 524/ 2017)

Conclusión

Siguiendo al profesor Ruíz Silva, es necesario que los colegios y las entidades a cargo de la educación formulen una política más clara y más respetuosa del Estado laico y secular que debe haber en un Estado Social de Derecho. No debe pensar solamente en una educación que sea para los derechos, sino que debe ser algo más inmediato, es decir, que sea una educación en derechos y que no se siga aplazando para ejercer cuando sean adultos; es ahí donde se acuña el concepto del niño como sujeto de derechos. Porque se ha acostumbrado a ver la enseñanza de los derechos, pero solo en el papel, porque a la hora de ejercerlos en la praxis, entonces vienen a decir que todavía no, que cuando sean adultos y responsables.

A los estudiantes se les tiene más para la obediencia que para la autonomía, casi siempre, directivos y docentes imponen la religión diciéndole al estudiante que es por su  bien, acogiéndose a la dinámica de que es un  sujeto de protección.  Pero esto lo que conlleva es que al niño se le confina a un estado perenne de pasividad frente a una autoridad que todo lo  decide por él: un sujeto  pequeño, heterónomo,  dependiente y vulnerable.
Por el contrario lo que debería buscar la educación es un ser humano pleno, con autonomía, una educación ciudadana basada en el entendimiento mutuo, la inclusión, el sentido de responsabilidad y la justicia. ¿Cuántas  décadas más vamos a estar esperando la secularización  total en las escuelas públicas de Colombia?


GUTIÉRREZ, R. (2004) Modernismo. Supuestos históricos y culturales.  Bogotá: FCE
GUTIÉRREZ, R. (2004) Heterodoxias.  México D.F: Taurus
RUIZ, A. (2014) Desprendiendo a cristo de las paredes de la escuela. EN: Revista educación y cultura n. 104. Bogotá.


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