CRÍTICA AL PLAN NACIONAL DE LECTURA Y ESCRITURA. PARADIGMAS Y DESAFÍOS.



¿Flexibilizar? Profe, no se trata de hacerle culto a los formatos, ni llenar de trabajo a los estudiantes, a los docentes y a los padres, quienes en muchos casos tienen más niños y quienes en muchas ocasiones no tienen los conocimientos para explicar conceptos o temáticas. "Tengo 300 trabajos represados" dice una profesora que trabaja todo el día, sale de una reunión para entrar a una capacitación, y debe atender a sus propios hijos y luego llenar formatos e informes para saciar el apetito voraz de funcionarios que no comprenden la importancia de una educación ética y humana. "Solo hice hasta tercero de primaria", dice una mamá en la fila del mercado, mientras agrega que no tiene internet y que el esposo debe salir a vender productos porque se quedó sin trabajo. "Están trabajando menos de la mitad de los estudiantes", dice otro profe, "los demás no hacen nada" agrega. "Profe, le vendo mercado, tamales,lechona, alcohol, lasañas, etc."; "en mi casa no hay tv, no podemos hacer eso..." responden por whatsapp, otros padres y estudiantes intentando paliar la situación...; "esas Sim no sirvieron", mientras se vuelve viral el vídeo de un niño porque está completamente harto de dibujar...

Y eso es flexibilizar; entender la situación de cada uno a partir de la situación de cada familia y de cada estudiante. Buscar alternativas que permitan al estudiante aprovechar el tiempo mientras aprende algo, o hacerlo reflexionar a través de una conversación, de la presencia del saber a través de la voz, la imagen y el mensaje del maestro, quien en lugar de llenar formatos, informes, etc., debería estar capacitándose en su saber, leyendo, escribiendo, reflexionando, innovando... No se puede flexibilizar sin innovación... "Profe", abra los ojos... ya es hora; aproveche el tiempo para leer y escribir reflexiones que nos lleven al asombro, y desde allí soñar un país en el que nos importe un poco lo que le sucede al prójimo...

Por ahora, proponemos una reflexión desde este artículo del Maestro Alejandro Casas, quien acaba de terminar su Doctorado en Lenguaje y Cultura con una tesis meritoria, en la que reflexiona sobre la importancia de la lectura y de la escritura en manos de políticas de gobiernos que no leen, ni escriben y que saben que estas dos madejas de pensamiento, deben arruinarse y diluirse desde la mediocridad de docentes, directivos y funcionarios que no comprenden que leer y escribir es un acto político emancipador... que sería la base de procesos de flexibilización curricular y pedagógica. Luego la seguimos. Ahí nos vemos... y rote el texto con esos profes y estudiantes pilos... Agradecemos al profe Alejandro Casas por compartir con nosotros parte de las conclusiones de su tesis... y sabemos que su colegio es afortunado en tenerlo allá como elemento crítico que pueda inspirar a sus estudiantes...
MFP

CRÍTICA AL PLAN NACIONAL DE LECTURA Y ESCRITURA.  PARADIGMAS Y DESAFÍOS.


ALEJANDRO CASAS HERRERA

DOCENTE DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICA AGROPECUARIA DE DESARROLLO RURAL 
DE PAUNA BOYACÁ

El Plan Nacional de Lectura y de Escritura de Educación Inicial, Preescolar, Básica y Media (PNLE), de 2011 del Ministerio de Educación Nacional muestra un enfoque político- económico en detrimento de la enseñanza de la lectura y la escritura, como base de liberación de los colectivos sociales. Esto es, a través de estrategias discursivas el PNLE concibe la lectura y la escritura como medios de productividad económica, desde una perspectiva política dictatorial al servicio de lógicas capitalistas y financieras. El peso de los dispositivos de poder en un contexto normativo (políticas públicas), específicamente en el Plan Nacional de Lectura y de Escritura de Educación Inicial, Preescolar, Básica y Media, y su relación con el engranaje de los Sistemas Educativos (SE), en Colombia, permite comprender que es necesario concebir un nuevo rumbo, diferente a las lógicas capitalistas de la educación empresarial.

A pesar de ello, existe la posibilidad de desarrollar ejercicios de autonomía relativa en los contextos propios de las localidades y las comunidades (Casas & Cortés, 2017). Frente a este panorama, el estudio de dispositivos de poder en contextos de políticas públicas determina una importante ruta de indagación que permite abordar una discusión de frente al escenario educativo colombiano. Desde tales perspectivas se puede afirmar que la propuesta se enmarca en procesos lectores y escritores que trasciendan el orden fragmentado de las disciplinas y puedan generar un trabajo conducente al diálogo de saberes. Los paradigmas lectores y escritores, tanto dictatoriales como democráticos (instrumentales, interaccionistas, reproductivos o críticos), se enmarcan en una conceptualización teórica y en un fundamento político. Cada uno de ellos permite la oportunidad de resolver problemáticas propias de la alfabetización.

En términos instrumentales, los aspectos formales de la lengua escrita, tales como el código, la gramática, la sintaxis y el vocabulario sirven para comprender el funcionamiento de la escritura. En términos de la interacción, las posibilidades cognitivas, la autoafirmación y la comprensión del yo interior intervienen en el desarrollo intelectual de los escolares. Asimismo, los paradigmas lectores y escritores, centrados en la crítica de la reproducción social y cultural proveen de elementos políticos que son claves a la hora de pensar la sociedad, las comunidades y los entornos familiares. Finalmente, el paradigma de la alfabetización crítica muestra los importantes avances de la lectura y la escritura, como medio de transformación de las comunidades. Este paradigma revela la importancia de pensar la diversidad de lecturas y escrituras inmersas en la sociedad de la información y el conocimiento.

De este modo, concebir la lectura como un proceso de interacción con los textos, como un proceso que va más allá de la decodificación de los signos y que incluye, a su vez, la atribución directa de sentido a diversos lenguajes, representa una alternativa de transformar la realidad de los escolares. En esa línea de disertación, la lectura no se remite, única y exclusivamente, al texto mediado por el código escrito, se remite a la multiplicidad de textos que se encuentran en la cotidianidad, al paisaje, a las situaciones, a las películas, a los programas de televisión, a los cuerpos, a los olores, a los sabores, a los colores (Casas & Tibatá, 2011), como una posibilidad de introducirse en otros mundos, indagar en la realidad para comprenderla mejor […], asumir una posición crítica frente a lo que se dice y lo que se quiere decir, es sacar carta de ciudadanía en el mundo de la cultura escrita (Lerner, 2003, p. 115).


Asimismo, concebir la escritura como un medio de producción cultural, no solo sirve para superar los códigos pedagógicos sustentados en la copia de determinados textos o de las páginas de internet, sino también para asumir una posición crítica frente a las problemáticas de las comunidades, así como para liberarse mediante la creación estética de diversas obras de arte. Para este documento, entonces, la escritura no sería el despliegue de las grafías sobre un papel, sobre una pancarta o un aviso. La escritura sería, además de eso, el lugar donde concurren la cultura, los significados, las múltiples formas de expresión en función de preservar la humanidad y dirigirla hacia otros espacios de comprensión (Casas & Cortés, 2017).

La lectura y la escritura constituyen un desafío, no solo para la tarea del docente en tanto que la utiliza como objeto de enseñanza. Son un desafío, porque en nuestra cultura, no son un bien de las mayorías, son elementos de poder que no le pertenecen sino a unos pocos. El desafío, entonces, consiste en posibilitar que todos se apropien de la escritura y la pongan en práctica sabiendo que es un largo y complejo proceso constituido por operaciones recursivas de planificación (Lerner, 2003) y con-textualización. Este horizonte permite avizorar posibilidades de discutir el discurso, ya no desde sus implicaciones de poder, exclusión y dominación, sino desde la oportunidad de pensarlo democráticamente.

Esta propuesta toma en cuenta la lectura y la escritura del arte como medio de interpretación y creación estética, es decir, como una experiencia de goce y placer. Esta apertura conceptual de la lectura y la escritura permite el diálogo entre múltiples disciplinas del arte, lo que configura diversidad de oportunidades de aprendizaje. En medio de un país como Colombia, en el que la diversidad cultural está diseminada por todo el territorio, es preciso apuntar al reconocimiento de los saberes ancestrales, de la riqueza lingüística de las culturas prehispánicas; la lectura y la escritura como medio de tramitación del conocimiento deben estar hechas al servicio de las comunidades que habitan la geografía nacional y, no solo al servicio de la productividad económica. La diversidad cultural no constituye un conflicto entre equidad y diferencia, sino más bien una oportunidad para recrear y comprender el mundo del otro desde las características que lo definen.

 Para el caso de los actores, el papel del docente es determinante en el proceso crítico y democrático de la interdiscursividad social. Atrapado en la red del sistema educativo, en la que comúnmente debe presentar evidencias de su verdad laboral, tales como planes de aula, planes de área y guías de evaluación, ancladas a los modelos conductuales de pensamiento psicológico, el docente tiene el deber político de comprender su acción pedagógica en los términos de autonomía y libertad de cátedra. El escenario de su acción transformadora sería el aula y el contexto que habita como parte de una nueva realidad social.

Las posibilidades teorácticas de la lectura y la escritura en contextos localizados muestran relaciones y atributos propios de los centros de interés que tienen los contextos para comprender sus necesidades y establecer caminos de acción para su transformación. Los estudiantes que son los beneficiarios del PNLE (2011), ahora tienen el papel desde su infancia de asumirse como sujetos políticos de su entorno familiar, social y contextual, de manera que tengan la oportunidad de aprender a leer y a escribir, a partir de su propia realidad. Los padres de familia y la comunidad educativa en general deben leer el orden social en el que viven los escolares, de manera que puedan ser partícipes de su proceso educativo y de la necesidad de comprenderse, como sujetos formadores de nuevas generaciones que piensan, reflexionan y cambian su mundo, con la acción política e intelectual. Tener en cuenta, de modo general, esta concepción de lectura y escritura se sitúa en un escenario político para el aprendizaje de estas que incluye, definitivamente a la escuela, pero que no se reduce a ella. La transformación del entorno social también tiene que ver con la participación humana en los procesos democráticos de acción social, en el que el debate por políticas educativas y económicas sean parte de la agenda del poder legislativo y ejecutivo.

En estos términos, no se plantea un docente ni un estudiante ni una escuela ideal, sino el docente, el estudiante y la escuela en que se sitúan los ejes de enseñanza de la lectura y de la escritura, no solamente concebidos como un contexto inmediato, sino como condiciones en las que ese discurso se desarrolla y tiene su sustento en la práctica: condiciones de orden político, discursivo, estratégico, histórico y pedagógico (Casas, 2011, Casas & Cortés, 2017). Así pues, a partir de lo anterior, se plantea un principio en el que el papel del maestro es relevante y va más allá de las pedagogías centradas en el escolar, sin que este pierda su lugar, su espacio. Al fin y al cabo, se plantea un espacio democrático del discurso, en los términos de igualdad y libertad.


Es en esa perspectiva que el concepto de democracia del discurso surge como una posibilidad de entrever una escuela diferente, desde una oposición a tales formas de comunicación, a tales discursos que reproducen la cultura, sin transformarla. Es en esa perspectiva que la enseñanza de la lectura y de la escritura, sobresale desde sus posibilidades democráticas para generar espacios democráticos del discurso, en donde ya no es el sistema ni el docente, los que le imponen a los estudiantes formas de comunicación preestablecidas, sino son las comunidades las que tienen la posibilidad de elegir y re-crear, desde sus expectativas, sueños, esperanzas, desilusiones y fracasos, sus mundos posibles.

Referencias

Casas, A. (2011). Sentir el lenguaje en un contexto de diversidad. Tesis de Maestría en lingüística, Tunja, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.


Casas, A. & Tibatá H. (2011). Una comprensión política de la lengua y escrita. Democracia del lenguaje. En: Cuadernos de lingüística, No. 13, Tunja, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, pp. 113-128.

Casas, A. (2019). Postulados del poder y la formación educativa en Colombia. En: Cuadernos de Lingüística Hispánica, No. 34, doi:10.19053/0121053X.n34.2019.9380

Casas, A. & Cortés, J. (2018). Lenguaje y diversidad. Una experiencia pedagógica asombrosa Tunja, Innovaciones pedagógicas.

Lerner, D. (2003). Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario. México D.F., Fondo de Cultura Económica.


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